El dolor de cabeza es una de las patologías más comunes que podemos padecer. Se trata de un síntoma bastante asiduo en nuestra vida cotidiana pero bastante desconocido en el sistema sanitario puesto que aun faltan varias cuestiones por responder.
Este trastorno, además, puede moldearse y erigirse como una variedad, como por ejemplo la migraña. Hay distintos tipo de dolor de cabeza y cada uno de ellos se diferencia por el acompañamiento o no de otros síntomas.
Está claro que en el ámbito sanitario aun se carecen de medios y medidas para poder atender todas las necesidades sanitarias requeridas. Se han logrado múltiples avances gracias a la evolución tecnológica de la medicina y a la incesante investigación pero es evidente que aun hay mucho por descubrir y estudiar.
El sistema sanitario requiere más implicación por parte de los gobiernos para poder asumir todas las carencias y necesidades sanitarias. Desde la crisis económica hemos visto cómo se han empezado a realizar tijeretazos a gran escala en el ámbito sanitario repercutiendo precisamente en la atención a los pacientes y al desarrollo de la gestión.
Los recortes aplicados en salud constituyen toda una aberración política que está desencadenando un malestar totalmente justificado por parte de la sociedad.
Recortar en salud implica dotar de menos recursos (por ejemplo en tecnología) y de menos personal sanitario a toda una sociedad, a centenares de miles de personas. Este bache condicionado por la crisis está logrando un retroceso social y democrático totalmente injustificado, pues ¿cómo puede ser que recorten tanto en sanidad –y en educación- pero nuestros políticos no se bajan los sueldos y no ponen freno a tanta corrupción?
Es evidente que el malestar social es más que comprensible puesto que no hay ningún tipo de lógica y justificación ante unos hechos en comparación con otros. Las desigualdades son evidentes y cada vez más contrastadas lo que está logrando una brecha social muy importante que desencadena pobreza y falta de recursos ante tantos y tantos recortes.
Debemos hacer un balance de todo lo sucedido en estos últimos años para intentar comprender cómo se ha llegado a esta situación y reiniciar un nuevo camino para volver a la normalidad. El sistema sanitario es fundamental en cualquier sociedad y por ello debemos luchar para disponer de un sistema digno, justo y para todos.
La ralentización en cuanto a atención sanitaria básica o urgente constituye uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos. Los recortes están generando unos servicios sanitarios muy pobres y en algunos casos tardíos a personas que necesitan tratamiento urgente.
Debemos hacer frente a una de las peores situaciones del siglo XXI puesto que si seguimos así dejaremos a nuestras futuras generaciones con un panorama bastante oscuro y precario. Es importante exigir labores políticas que se adecuen a la realidad social y que se haga uso de la democracia de una vez por todas. Se está dilatando una situación insostenible que hace aguas por todos lados y lo único que vamos a conseguir es una pobreza social y de recursos básicos.