Los cactus como el cactus san pedro son una especie muy peculiar dentro de la naturaleza. Hay distintos géneros, formas y especies dentro del mundo de las cactáceas. Se caracterizan por la presencia de púas y de un tejido pastoso en el que conservan el agua.
Estas plantas provienen de América, concretamente de zonas desérticas pero desde hace varios años se ha extendido su cultivo por todo el mundo gracias a su adaptación a distintos climas, ambientes y temperaturas.
Las condiciones de cultivo influyen en gran medida en la morfología, el tamaño y la estabilidad de la planta, por consiguiente debemos ser conscientes de las necesidades de cada especie para saber como administrar cultivo. Para el cuidado de estas plantas es imprescindible que gocen de la luz y el calor del sol, así como también unas buenas dosis de agua. En invierno debe resguardarse del frio y necesita de la luz del sol. Sin embargo, estos cuidados deben basarse en el clima, el suelo empleado, la especie de cactus y la humedad. Por eso debemos utilizar las últimas tecnologías si hacemos un cultivo de interior, necesitaremos humidificadores y termómetros para controlar la luz para que el cactus esté en perfectas condiciones.
Algunas curiosidades: las espinas que poseen algunos cactus sirven como defensa ante el ataque de animales que necesitan hidratarse y son una herramienta para la absorción de agua; se estima que hay unas 2.500 especies alrededor del mundo; algunas especies producen frutos e incluso flores, poseen beneficios para nuestra salud, etc.
Una de las especies más llamativas es el cactus San Pedro. Esta variedad se usa para estudio de botánica, como alucinógeno, en rituales o simplemente como ornamento. Esta familia es nativa de los Andes, es decir, podemos encontrarla en Argentina, Perú, Ecuador, Chile, Bolivia… y también en otras zonas del mundo gracias a la difusión de este célebre cactus.
La mejor forma de cultivar y cuidar un cactus San Pedro es manteniendo un elevado estado de humedad, propiciar y proporcionar un buen drenaje y una buena fuente nutritiva, regar (pero no con exceso) y que le de la luz.
El cactus San Pedro se aplica como remedio terapéutico en las distintas civilizaciones de América del Sur desde tiempos ancestrales o como bebida en celebraciones religiosas o rituales (mediante la extracción de ciertos componentes). Además, en el resto del mundo, se utiliza para tratar infecciones nerviosas, problemas articulatorios o enfermedades cardíacas, así como alucinógeno. Se trata de una planta que no crea adicción.
La mescalina, una de las sustancias del cactus San Pedro, es una fuente que se emplea en ritos americanos así como con intenciones recreativas gracias a los distintos efectos psicológicos que produce. En los pueblos indígenas está fuertemente arraigado el uso de esta especie, enmarcándose como una de las sustancias que está inscrita en la historia y la cultura de estas civilizaciones. En España es ilegal el consumo pero se puede comprar con fines botánicos u ornamentales en diversas distribuidoras oficiales.
El consumo de mescalina puede provocar delirios y alucinaciones a diferente escala dependiendo de la persona y la cantidad. Se puede llegar a un estado de conciencia único en el que el sujeto se puede sentir fuera de su propio cuerpo o incluso puede llegar a recordar cosas que había olvidado.
En conclusión, las distintas variedades de los cactus son especies únicas, originales y de gran relevancia en sus distintas facetas y utilidades.